Por: José Alejandro Ramírez. L.
Con frecuencia escuchamos que el apoyo del polo democrático al partido del girasol, disminuiría el caudal de la votación de los últimos; sin embargo el candidato verde nos demostró la falsedad de esta proposición, siendo sus pronunciamientos los causantes del fin de “la ola”. No se necesitó pues la alianza con el polo democrático.
Con frecuencia escuchamos que el apoyo del polo democrático al partido del girasol, disminuiría el caudal de la votación de los últimos; sin embargo el candidato verde nos demostró la falsedad de esta proposición, siendo sus pronunciamientos los causantes del fin de “la ola”. No se necesitó pues la alianza con el polo democrático.
No sucede lo mismo con las alianzas que ha construido el partido de la Unidad Nacional, las cuáles trataré de caracterizar.
Tras la reforma política, se ha visto como lentamente se va fortaleciendo el partido de la U. De la mano del liderazgo del presidente Uribe, se ha hecho de las bases del partido conservador su natural compañero. Tras un gobierno de apoyo a las regiones, inclusive se ha logrado cogobernar con vertientes ideológicas opuestas, convocando a sus líderes políticos sobre la base de fines comunes. Una vez se hundió el referendo, algunos dirigentes de la colectividad azul, representantes del “manzanillismo” trataron de debilitar la otrora construida alianza, a la vez que otros dirigentes conservadores intentaban depurar los liderazgos rezagados con la ayuda del presidente Uribe; esta pugna interna fue notoria en la consulta conservadora. Frente a una aspiración coherente con las bases del partido y el apoyo expresado por el presidente, se sobrevino una candidatura en contra de la reforma del partido. Los resultados de la consulta provocaron la primera oleada de conservadores hacia el partido de la U, rodeando a su candidato Juan Manuel Santos. Estos conservadores fueron los más decididos, colegas siempre de aquellos que pertenecen a la U, unidos por el liderazgo político del presidente Uribe.
Llegada la primera vuelta presidencial, y una vez demostrado el potencial de votación por la continuidad de las políticas del mejor presidente que ha tenido el país, empezamos a ver la escalada de apoyos de los partidos políticos que no lograron convocar a los votantes. Primero, y consecuente con lo que se ha dicho, el partido conservador rompió su silencio, e hizo público su apoyo conjunto, celebrando al unísono la victoria del candidato Juan Manuel Santos en la primera vuelta.
De allí en adelante, hemos visto cómo los menos decididos, mente volátiles éstas, se van sumando, uno a uno, atraídos por las cábalas sobre la suerte del candidato de la U. Así fue como la semana anterior, el partido Cambio Radical formalizó su apoyo a la candidatura de Juan Manuel Santos, tras el inexplicado y prolongado silencio de su dirigente y excandidato Vargas Lleras. Sin embargo, es una alianza que pese a su tardanza, ha sido aplaudida y deja ver a los líderes políticos, salvo excepciones de poca representatividad, en la misma orilla ideológica.
Luego, y menos convincente, se ha llegado la alianza con los liberales, a quienes su dirigente había dejado en libertad ante la dividida opinión dentro de sus huestes. En este partido sobresalen las opiniones distantes de sus dirigentes: unos, decidieron apoyar al candidato Santos, en una suerte de oposición que posa de conversa, dadas las amistades de algunos de sus dirigentes con dirigentes de la U. Otros, en vía contraria, decidieron apoyar al candidato Mockus, ante la oleada de críticas que blandieron contra las políticas del presidente Uribe y la contrariedad que suscitaría entre sus electores el apoyo al candidato Santos. Pero otros, más cercanos a la izquierda, colegas éstos del polo, han decidido el abstencionismo ante el rechazo del candidato verde al polo democrático, en una suerte de “revanchismo” político.
Sin embargo, el día de hoy, el candidato Juan Manuel Santos recibió el apoyo del dirigente liberal César Gaviria. Luego, ¿En qué parte del Liberalismo está ubicado el pensionado dirigente Gaviria?, este ha sido un acto de por sí extraño, pero más extraña aún ha sido la forma en que adhirió, al punto de haber sido rechazada por el presidente Uribe. Y digo que es extraña porque al leer las palabras utilizadas, más bien parecería adherir al candidato verde, luego ¿Por qué no adhirió al candidato verde, una vez que estaba en desacuerdo con el gobierno del presidente Uribe, al cual el candidato Santos representa?, otros de sus discípulos han decidido ser coherentes, manifestando su apoyo al candidato del girasol. Tal vez se haya tomado en serio su jubilación el señor Gaviria y esté más interesado en el futuro de su hijo, quien había adherido ya a la campaña de Juan Manuel Santos, y ello sea lo que explique este artero apoyo. Los invito a rechazar este apoyo, es mejor ayudarle al señor Gaviria a que se quede en su orilla ideológica.
Pasa en éste país que la política se hace demeritando al contrincante y no aportando soluciones a los problemas que nos atannen. No es raro entonces que unos y otros deban retractarse o incluso cambiar de orilla ideológica ante la inminente pérdida de su electorado; esa es al vieja fórmula de hacer política y por la cual hoy parecería que todo lo que contenga ese "sello rojo", está condenado a la desaparción.
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