Colombia: río y mar.

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"Es mejor ser dueño de tu silencio que esclavo de tus palabras".

domingo, 19 de septiembre de 2010

APLAZAMIENTO DE REUNIÓN DE CANCILLERES COLOMBIA-VENEZUELA.

Por:
José Alejandro Ramírez L.

Contrario a lo que pregonan los medios, no me sorprende el anuncio de la suspendida reunión de los cancilleres Holguín y Maduro, emplazada para fecha posterior a los comicios para la elección de la asamblea de diputados en el vecino país.

Colombia ha obtenido un relativo éxito tras el apaciguamiento de las relaciones diplomáticas con el gobierno de Venezuela. No se logró la comisión de verificación solicitada por el gobernó saliente del presidente Uribe; el gobierno entrante de Colombia retiró esa propuesta como medio para obtener paz y un principio de pago de la cuantiosa deuda que los importadores de ese país deben al sector exportador del nuestro.

Sin duda, fue una jugada maestra para el entrante gobierno de Juan Manuel Santos, quien se ha podido dedicar a impulsar las reformas prometidas en campaña, con las bancadas alineadas alrededor de la mesa de unidad nacional. En el entretanto, han salido a brillar los éxitos cosechados en el gobierno del presidente Uribe: una estabilidad económica centrada en la baja inflación, la creciente inversión extranjera, la bonanza del sector minero, por mencionar sólo algunas. La falta del debate ideológico intenso que se vivió en los últimos años del gobierno Uribe, ha dejado mostrar las virtudes de la expectante economía colombiana, quien se suma a las más atractivas de Latinoamérica.

Pero, como en política a veces los resultados son ambiguos, el presidente del vecino país salió bien librado de lo que parecía ser la estocada para terminar con sus mayorías en la asamblea de diputados. Colombia, junto a un grupo de valientes venezolanos, se había decidido a denunciar las violaciones del régimen jurídico internacional por parte del paria vecino. En los medios de opinión colombianos, existió complicidad para dar espacio en sus micrófonos a los agobiados venezolanos, quienes cada vez más se ven despojados y sus canastas vacías, tras una intenso problema de desabastecimiento de bienes, ello sin mencionar la ola de violencia que vive el vecino país.

Percatado el gobierno colombiano de los efectos que tuvo su diálogo, fructíferos a todas luces, decidió bajarle la velocidad a la disposición del gobierno Santos para restablecer las relaciones diplomáticas. Ello se confirma por el anuncio de dos situaciones fundamentales en los temas que se había propuesto la comisión de ministros conformados para el restablecimiento de las relaciones: primero, el ministro Díaz-Granados ha observado con precisión problemas en el pago de la deuda anunciada por el gobierno de Venezuela, concluyendo que dicha nación aún no logra dar cumplimiento a su inicial compromiso (se ha pagado los réditos a las aerolíneas únicamente).

El más sensible, es el segundo anuncio: el aplazamiento de la reunión de cancilleres una vez se verifique la realización de los comicios a la asamblea de diputados en Venezuela. Este particular es definitivo, en tanto supedita el contenido de los diálogos y la orientación que estos puedan recibir a futuro, al resultado de las votaciones en Venezuela. Lo anterior muestra la interpretación que le da el gobierno de Colombia a las votaciones del vecino país: no es lo mismo dialogar con un gobierno que tiene mayorías en la célula legislativa, que dialogar con un gobierno expuesto a perder dichas mayorías, como se prevé le sucederá al vecino gobierno, aún en contra del presupuesto petrolero que se ha volcado en la consecución de los votos de los venezolanos.

El gobierno colombiano no es el único expectante en la votación venezolana. De presentarse una derrota del régimen chavista en los comicios de la célula legislativa, es predecible la generosidad del mandatario vecino, quien se propondrá el abastecimiento de bienes de su mercado interno, en cuya demanda es valioso el aporte de la industria colombiana. Lo anterior, como medio para intentar subsanar una derrota. Esperamos que los vaticinios de derrota electoral del vecino mandatario puedan consolidarse en la votación a realizarse este mes, no sólo por las expectativas de ventas que alrededor de éste hecho puedan sobrevenir, sino porque anhelamos la estabilidad política del vecino país.

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